Nunca he entendido las películas que te cuentan una historia por contar. Es decir, te cuentan esta historia, como te podrián haber contado otra. Durante las dos horas no entiendes muy bien qué te quieren contar pero tienes la esperanza de que al final de la película todo cuadre, se junten dos constelaciones o tres, y digas "joder, vaya peliculón, sólo por el final", pero no, no es el caso.
¿A qué viene la enfermedad? ¿a qué viene lo de la hija que buscaba sin presentarnosla? ¿a qué viene que Andy García sea un malo muy bueno, o un buen hombre que se convirtió en muy malo? ¿a qué viene la crema y la preocupación por las arrugas? ¿a qué cojones viene la historia en general? Hay detalles constantemente en la película que, pueden tener un sentido si la película los desarrolla, pero no nos lleva a ningún sitio que nos dejen en ascuas.
Una vez alguien me preguntó por qué hablaba tan rápido en una conferencia pública. Le dije que porque me habían dado poco tiempo y tenía muchas cosas que contar. Me dijo, que es mejor contar menos cosas, si las desarrollaba bien. Me convenció, y opino lo mismo para el cine. Creo que se me entiende, esta película era yo en aquella conferencia. Y en toda historia por contar, sea en cine o en conferencia, todo argumento que se desarrolla tiene que tener un final. No puedes dejar ningún capítulo abierto.
Y ¿de qué trata la historia? La historia trata de un hombre que roba 11.000 millones de dollares y se refugia, nadie sabe por qué con tanto dinero (bueno, ya sólo con 2.000 millones), en México viviendo casi en la pobreza. Los rusos le buscan para matarle por robarle, un mexicano le busca para "tomarle prestado" el dinero y salvar su pellejo, la policía estadounidense le busca para encarcelarle, él busca a una mujer para que le cuente dónde está otra mujer de la que luego sabemos que es su hija y la razón por la que vive de mala muerte en México y no forrado.
Demasiadas historias. Ningun propósito expuesto. Por lo tanto, ningún sentido.
Nota: 4.
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